La boca la boca hundida
en la boca esa otra boca de otro blanco blando
tan cercano tan lejano.
La boca, la boca intrépida en
la boca del otro mordiente
la saliva, la carne
la lengua arrugada,
buscadora
mordedora la lengua y en
la boca los labios abrazándose,
abrasándose;
disputando el poder del
beso abierto
a la luz
a la noche
a las entrañas.
Ahora los de él,
los labios de él
ocultando los míos
que luchan
que ceden se desmayan
se mueren de amor
suspirando su nombre.
No lo nombro,
lo pienso: Octavio,
lo pienso y no lo nombro
no me muestro no
me permito la entrega
todavía no, todavía no,
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