domingo, 25 de abril de 2021

AMAM, mi nuevo título de literatura infantil

Recreo Diario de Telefe Santa Fe. Enterate de todo sobre este libro.







Hace cuatro años que estoy quieto. Ese día cuando me quedé quieto para siempre iba a ser mi primer día de clases.

Mi abuela Idelma me había hecho un guardapolvo a cuadritos blancos y azules.

Mamá que es muy organizada porque es ingeniera y también científica, tenía preparada la mochila con mis útiles desde hacía una semana.

Mi Yaya andaba como de costumbre papando moscas, eso dicen que hace mi Yaya pero yo sé que no anda papamosqueando, anda escribiendo cuentos. También sé que a partir de hoy vamos a escribir los dos juntos un cuento que se llama Amam, como la única palabra que sabe decir mi hermanito. No le digan a nadie porque es un secreto. En el cuento, en un descuido de mamá, me levanto de mi silla de ruedas y soy Centauro y me voy a Fantasía, pero no les digo nada más porque es otro secreto.

Con mi Yaya tenemos muchos secretos, como por ejemplo saber que Wazowski vive en Santo Tomé, en la plaza Belgrano, bajo un tronco que quedó de un árbol que talaron. Nosotros le llevábamos de comer palitos que es lo que él come y se los tirábamos por un agujerito que hay en el tronco. Ahora que yo estoy más quieto que Sukimuki, que es un princesa que vivía quieta quieta como una galleta, se los llevamos igual solo que lo hacemos en nuestra imaginación, que es casi lo mismo que antes, porque como me dice al oído mi Yaya cuando yo me enojo mucho porque no me puedo mover: ¿Quién puede decir cuál de los mundos es el real y cuál el inventado?





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